viernes, 15 de mayo de 2015

Santa Claus no existe

viernes, 14 de diciembre de 2007
Guión de un monólogo
Hey, familia mía, muy buenas noches, noches amigos y amigas, señoritos y señoritas. Muy requetebuenas noches, noches a todos y a todas, sin excepción alguna. Mañana es sábado sabadete y, como en casi todos mis monólogos, mi preguntita es la siguiente: Estáis todos y todas, preparados mentalmente para aguantarme un ratito, ¿verdad? ¿verdad que sí? ¿Estáis seguros? Pues nada, pisha, vamos al lío.

Hoy les voy a contar una verdad verdadera, más cierta que las promesas de los políticos en campaña electoral, sobretodo los diestros... Allá va, aunque se que voy a desilusionar a más de uno, o una, todo hay que decirlo. Yo lo cuento y ya está. Sin más dilación, vamos ya ar makoki.

Como ya se acerca la Navidad, opìnión personal, con todos sus innecesarios gastos: Christmas a tutiplén, regalos a tutiplén, adornos a tutiplén, comidas a tutiplén, con la empresa y con la family, cenas a tutiplén, sonrisitas hipócritas a tutiplén, mantecaos o polvorones a tutiplén, y esto no tiene doble sentido, turrones a tutiplén, peladillas a tutiplén, ¡Hey, miarma, tú si lo has cogido, eh...! Los pajilleros no descansan ni en Navidad, pero eso es otra historia...

Bueno, pues tras la abundante cenita de Nochebuena, un niño se acuesta con la ilusión de que va a llegar Santa Claus cargado de regalos. Además, como no estamos en los Estados Unidos de América, a partir de ahora, ya se llamará Papá Noel. Estamos en Españia. Papa Noé de jabugo, con dos coone.
 
Tras un arduo, intenso y hasta profundo estudio, puedo demostrar que Papá Noel no existe, criaturitas mías, que todo son pamplinas que nos han vendío los yankis... Aunque tampoco descarto, que El Cortinglé esté metío en el lío. La hipótesis de trabajo, la voy a separar en dos cuestiones:
1. Ninguna de las especies de renos conocidas, puede volar. Pero existen alrededor de 300.000 especies de organismos vivientes, sin clasificar aún, y a pesar de que la mayoría son insectos y gérmenes, esto no descarta por completo la posibilidad de los renos voladores, que solo Papá Noel ha visto.
2. Hay dos billones de niños en el mundo. Personas menores de 18 añitos para el que no lo sepa con seguridad. Pero dado que Papá Noel (aparentemente) no se dedica a los niños musulmanes, hindúes, judíos y budistas, eso reduce la carga de trabajo a un 15% del total -378 millones, de acuerdo con la oficina de recuento de población-. Con una media de 3,5 niños por hogar (censo de los USA, por la Organización Mundial de la Salud, por UNICEF), eso hace 91,8 millones de hogares. Para simplificar los cálculos que siguen, asumiremos que al menos, hay un niño bueno por casa.

El desarrollo lo separaré en cinco puntos:
1. Papá Noel tiene 31 horas de Navidad en las que trabajar, gracias a las diferencias horarias y la rotación de la Tierra, asumiendo que viaja de Este a Oeste (lo cual, parece lógico). Esto nos lleva a 822,6 visitas por segundo. O lo que es lo mismo, que para cada familia cristiana con niños buenos, Papá Noel tiene 1,2 milisegundos para aparcar, saltar del trineo, bajar por la chimenea, llenar los calcetines, distribuir los restantes regalos bajo el árbol, comerse los aperitivos que le hayan dejado, volver a subir por la chimenea, volver a subir al trineo, y marcharse hacia la siguiente casa. Lógicamente, a los mil mantecaos, quinientos masapane, fruta escarchá, y su correspondiente copita de champán, cava en Cataluña y rebujito en Sevilla,
pisha, tiene que desagüar y hacer de vientre, el pobre hombre. 
Asumiendo que el trineo de Papá Noel no experimenta el efecto túnel cuántico, y que los 91,8 millones de paradas están distribuidas uniformemente alrededor de la tierra (lo cual, por supuesto, sabemos que es falso, pero que aceptaremos como válido para nuestros propósitos) estamos hablando de 1,255.78 metros por familia, dando un viaje total de 121.504415 millones de kilómetros, sin contar las paradas para hacer lo que la mayoría de nosotros debe hacer al menos una vez cada 31 horas. Esto significa que el trineo de Papá Noel se mueve a una velocidad de 1,046.0645 kilómetros por segundo, 3,000 veces la velocidad del sonido. A efectos de comparación, el vehículo más rápido creado por el hombre, el cohete espacial Ulysses, se mueve a solamente 44,095 kilómetros por segundo. Un reno convencional puede correr a unos 24,13 kilómetros por hora, a menos que sea perseguido por una manada de lobos. 
2. La carga útil del trineo añade otro elemento de juicio interesante. Asumiendo que cada niño no obtiene, nada más que un Lego de tamaño medio (907,2 gramos.), el trineo arrastra 321,300 toneladas, sin contar a Papá Noel, a quien se describe invariablemente como obeso, vamos, que está sollón. En la tierra, un reno convencional no puede mover un trineo de más de 226,8 Kg. aproximadamente. Incluso dando por supuesto que los renos voladores (ver hipótesis 1) puedan, en ausencia de fuerzas de fricción terrenales, tirar de DIEZ VECES la cantidad normal, no podremos hacer el trabajo con ocho o nueve renos. Necesitaremos aproximadamente 150,000 renos. Esto incrementa la carga útil -sin contar el peso de Papá Noel- hasta 353,430 toneladas.
3. Ojo al dato, 353,430 toneladas viajando a 1,046.0645 kilómetros por segundo dentro de la atmósfera terrestre, crean una enorme resistencia al aire, calentando los renos de la misma forma que las naves espaciales cuando regresan de su órbita. La pareja de renos que va en cabeza absorbería 14,3 quintillones de julios de energía por segundo. Cada uno. Resumiendo, se incendiarían casi instantáneamente, exponiendo a los renos que les siguen, y creando bombas sónicas ensordecedoras en el camino. El equipo completo de renos sería vaporizado en 4,26 milisegundos. Papá Noel, mientras tanto, estaría sujeto a fuerzas centrípetas 17,500 veces mayores que la gravedad terrestre. Un Papá Noel de 113,4 Kg. (que parece ridículamente delgado) sería clavado a la parte de atrás de su trineo por 1,957,290 Kg. de fuerza.
4. CONCLUSIÓN: Papá Noel no reparte regalos en Navidad (q.e.d.).
5. COROLARIO: Si Papá Noel alguna vez repartió regalos en Navidad, ya no lo hará más. Eso seguro. ¡Feliz Navidad a todos!

Bueno, antes de irme, os diré con total veracidad, que los tres Reyes Magos de Oriente, Merchó, Gaspá y Bartasá, si existen. Que sigamos viendo la cabalgata, tomando roscón y acostándonos tempranito. Muchas gracias, muchas gracias, gracias muchas, el pescaíto ya está vendío por hoy y, por consiguiente, hasta la próxima, chavalería mía.

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